De delirios políticos y escasas sensatecesPor María Elena Polack
Siempre es refrescante mirar más allá del ombligo político argentino. No es un ejercicio fácil porque sorprende cruelmente el sentido común de tanto dirigente en el mundo que puede desarrollar una vida plena fuera de la interminable e inconducente rosca política. Esta última semana, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, sorprendió al anunciar su renuncia a ese cargo y a la conducción de su partido de centroderecha.